Las formas geométricas de esta villa se integran perfectamente en el entorno, creando espacios que miran siempre al sol y al océano.
Combinando los distintos materiales en la fachada se crea una base de color tierra sobre la que se alza la zona superior, blanca, que domina las vistas.
Y es que sin duda ver el atardecer sobre el océano desde su magnífica terraza con piscina ha sido toda una experiencia.
A nivel técnico, para captar la amplia gama de colores del atardecer todo el reportaje se ha hecho con múltiples exposiciones para conseguir el mayor rango dinámico posible.